NORMAS GENERALES PARA EL USO DE LOS LOCALIZADORES ELECTRÓNICOS

1. Hay que usarlos a diario, en prácticamente todos los pacientes. El entrenamiento mejora de forma notable la precisión en las determinaciones.

2. Es prudente no utilizarlos en pacientes con marcapasos.

3. En los dientes plurirradiculares, la cámara no debe estar inundada por la solución irrigadora, sólo los conductos. La cámara puede estar húmeda, pero sólo los conductos pueden estar llenos de la solución.(turbina odontologico)

4. El diente debe estar bien aislado. Si existe una comunicación de la cámara pulpar con la cavidad bucal a través de una caries, tendremos determinaciones erróneas.

5. La lima no debe entrar en contacto con los metales ya que se impide la determinación. Si hay restauraciones de amalgama, es mejor retirarlas ya que, además, puede existir filtración marginal o caer fragmentos de la misma al interior de los conductos. Es preferible terminar de forma correcta el tratamiento de conductos radiculares y restaurar el diente después.

6. Para poder efectuar una determinación electrónica el conducto debe ser permeable. Por tanto, no podremos utilizarlos en los retratamientos hasta que el conducto esté libre de restos de gutapercha y de selladores que permitan alcanzar la constricción al instrumento.

7. La determinación electrónica no excluye la realización de radiografías. Éstas nos informan acerca de la morfología de los conductos. Creemos que el mejor procedimiento clínico es efectuar la determinación radiográfica de la constricción apical; mientras se revela la radiografía, se efectúa la determinación electrónica. El valor de ambas determinaciones permitirá aumentar la fiabilidad en el cálculo de la longitud de trabajo. Ante una discrepancia entre ambas determinaciones, nos inclinamos por aceptar la electrónica por la imposibilidad de percibir de forma visual en una radiografía la posición de la constricción y el orificio apical.(localizador del ápice)

8. Estos dispositivos son útiles para localizar el nivel de una fractura radicular o de una perforación, pues se comportan de igual manera que el tejido periapical.