Como es evidente, la máxima prioridad que tiene cualquier especialista de la salud, es siempre velar por mantener nuestra calidad de vida y bienestar, evitando cualquier tipo de riesgo. El máximo riesgo para aquellos pacientes que porten prótesis de cadera son como decíamos más arriba las infecciones que se puedan originar en el postoperatorio.
Existe una creencia generalizada que afirma que un 0’04%de las infecciones después de las operaciones de prótesis de cadera se deben a una infección dental activa. Pese a que a día de hoy todavía no se han descrito casos debido a bacteriemias transitorias después de manipulaciones dentarias, pero sin embargo, ya existe una gran multitud de estudios experimentales que han lograr mostrar una posible infección de las prótesis tras bacteriemias transitorias en el conejo. Además de esto, existen un 0’3% de infecciones por extensión de la infección desde sitios distintos: de un 20 a un 40% de estos casos son de origen hematógeno, su lugar de origen no pudo encontrarse y bien pudiera ser de origen dentario. A día de hoy generalmente se cree que sólo cuando se trata de casos de pacientes que padecen infecciones dentarias que han sufrido el reemplazo de articulaciones mayores, estos pacientes deben ser tratados con antiboterapia, a fin de evitar una posible diseminación hematógena, y resultará totalmente imprescindible que se avise al cirujano ortopeda. Sin embargo, no se ha aclarado el antibiótico, ni la dosis, ni la duración del tratamiento.
Además, se sabe que los pacientes que cuentan con reemplazos menores de prótesis, clavos o tornillos, no requieren de ningún tipo de tratamiento antibiótico profiláctico.
Los gérmenes que están involucrados usualmente en las infecciones protésicas suelen ser estafilococos, por lo que deberá prescribirse cefalexina (2gr) una hora antes del tratamiento, y a continuación 1 gr 6 horas después o clindamicina: 600mg una hora antes y 600 mg 6 horas después.
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