Blanquear dientes es un tratamiento estético que afecta nuestra dentadura. Se trata básicamente de poder reducir varios tonos en las piezas dentales, dejándolos así más blancos. Hay varias causas que producen la decoloración y se pueden dividir en causas intrínsecas y extrínsecas:
Intrínsecas: tetraciclinas (producido por antibióticos), hipoplasias de esmalte (que serían las manchas que se tienen de forma congénita ya cuando se forma el diente en sí), el exceso de flúor, golpes y posibles roturas, desgaste y envejecimiento (más o menos a partir de los cincuenta años, pero dependerá de cada persona), etc.
Extrínsecas: en esta categoría entrarían todas las que son por causa de tomar alguna sustancia o tener algún mal hábito: tomar té o café, fumar (el alquitrán y la nicotina son muy perjudiciales en este sentido), mate, clorhexidina (muy habitual en pastas de dientes o colutorios antibacterianos para prevenir o curar problemas de encías), etc.
El blanqueamiento dental es hoy en día un sinónimo de éxito y buena imagen, por eso cada día hay más personas que se preguntan cómo blanquear los dientes. Antiguamente solamente había una opción: ir al dentista y pagar lo que te pidiera. Por suerte para todos, hoy en día existen muchos productos para hacerlo en casa y con un coste mucho más reducido y unas garantías de éxito aseguradas.