Blanqueamiento en Clínica: Este tipo de blanqueamiento utiliza peróxido de hidrógeno a altas concentraciones, produciendo una reacción de oxidación en los dientes y removiendo todos los pigmentos que los oscurecen. Este blanqueamiento se debe de hacer con unos medios de seguridad específicos para proteger las encías y el resto de tejidos blandos de la boca. En tan solo una sesión, que dura alrededor de una hora, verás cómo tus dientes consiguen tener un tono más blanco.
Blanqueamiento ambulatorio: En este blanqueamiento se utilizan fundas dentales personalizadas hechas por el dentista, conocidas como férula. El gel blanqueante se pone directamente sobre la férula y las aplicaciones se realizan en casa todos los días durante un tiempo determinado. Este tipo de blanqueamiento es altamente eficaz, siendo un cambio más gradual pero normalmente más notorio que en el “blanqueamiento en clínica”.
Una muy buena elección es hacerse un blanqueamiento combinado, comenzando con el “blanqueamiento en clínica” y después usando las férulas para el “blanqueamiento ambulatorio”.
Este gel blanqueante solamente se puede conseguir en clínicas dentales, ya que suele tener una concentración de perióxido de hidrógeno de entre el 10% y 20%. En farmacias o supermercados no se encuentra a la venta ningún producto con más de un 0,1% de peróxido de carbamida.
Para saber más sobre el blanqueamiento dental no dudes en visitarnos y conocer nuestra especialista en estética dental, quien estará encantada de aclarar todas tus dudas.