Sensibilidad en los dientes, pequeñas llagas en las mejillas, encías inflamadas… son situaciones que reconocerán todas las personas que han usado brackets. Se trata de molestias habituales en un tratamiento de ortodoncia, algunas de ellas más frecuentes en el periodo de adaptación. La buena noticia es que la mayor parte desaparecen cuando el tratamiento se encuentra avanzado y la presión sobre las piezas dentarias es menor. Otras pueden paliarse con una buena higiene dental y algunas sencillas recomendaciones como éstas:
Durante el tratamiento los dientes empiezan a cambiar de posición y se vuelven más sensibles, lo que puede originar una sensación molesta y dolorosa. Es fundamental evitar los alimentos duros y adaptar la dieta fijándonos en la textura y consistencia de los alimentos. Debemos elegir aquellos menos traumáticos para nuestra musculatura bucal y nuestros dientes, como los purés y los alimentos cocidos.
Por lo general, durante la primera semana pueden aparecer irritaciones o llagas en los labios, mejillas y lengua por el roce con los brackets. Estas molestias son pasajeras y pueden solucionarse con el uso de cera de ortodoncia y enjuagues bucales con agua tibia y sal, que ayudan a cicatrizar rápidamente. Se recomienda no comer alimentos demasiado ácidos como los cítricos, piña, vinagre o tomate, ya que van a retrasar la cura de estas llagas y el dolor será bastante molesto. El picante, los alimentos calientes y los alimentos de textura rugosa como la corteza del pan también son claves a evitar.