Las unidades dentales están dotadas de:
Suministro de aire comprimido: las unidades dentales utilizan aire comprimido por lo general. Para ello, se conectan a un compresor de aire o a una red central de aire comprimido. Los compresores suelen suministrar entre 8 y 10 bares a la salida del tanque, siendo esta presión demasiado alto para los equipos dentales. Se pueden obtener entre 4,5 y 5,5 bares siguiendo las recomendaciones del fabricante, con un reductor de presión con posible filtro en la salida del compresor, por ejemplo. Un buen aislamiento de la consulta será imprescindible.
Suministro de agua: las unidades dentales portátiles también deben estar conectadas a un suministro de agua para las funciones de enjuague, limpieza y enfriamiento. El agua puede causar muchos problemas en las unidades dentales debidos a la cal, la arena, el lodo, el óxido o el cloro. Asimismo, las biopelículas bacterianas pueden aparecer rápidamente en las superficies internas de las tuberías y los depósitos conectados. Para evitar tales complicaciones, la regla de oro es que clínica tenga una llave de paso general ergonómica, limpia y eficiente y detenga el suministro todas las noches. Se deberán evitar los grifos antiguos de difícil acceso. Para controlar la cal en las instalaciones, existen cartuchos de silicofosfatos que ayudan a combatir los depósitos. Su vida útil es de aproximadamente seis meses.
Suministro eléctrico: los componentes de la unidad dental, así como los instrumentos utilizados durante el tratamiento, pueden necesitar alimentación eléctrica. Es el caso de los micromotores, entre otros.
Ergonomía: se refiere a la capacidad de movimiento de los componentes de la estación, como el sillón o el portainstrumentos. Los estudios revelan que trabajar con una bandeja para instrumentos colocada en el brazo articulado, por encima del pecho del paciente, es la mejor manera de mantener una buena posición equilibrada sin comprometer la visión de todas las superficies dentales. Deberá tenerse en cuenta también que el asiento del dentista o del asistente debe estar más bajo que el del sillón del paciente. En esta posición, la columna vertebral del odontólogo conserva su curvatura natural, lo que evita presiones prolongadas sobre los discos intervertebrales.