Edad: Existe una correlación entre el color de los dientes y la edad. Con el paso de los años los dientes tienden a oscurecerse como resultado del desgaste, cambios en la estructura del diente, erosión ácida, menor porosidad en el esmalte, acumulación de manchas, etc.(lampara led para blanqueamiento)
Los adolescentes suelen obtener muy buenos resultados tras someterse a un blanqueamiento dental. A partir de los 20 años, que nuestros dientes pueden empezar a amarillear un poco, el blanqueamiento dental requerirá un poco más de esfuerzo. A partir de los 40 años, el tono amarillento se va volviendo más marrón y será necesario más mantenimiento. A partir de los 50 años, los dientes han absorbido una cantidad de manchas persistentes difíciles de eliminar, pero no imposible.
Genética: Todos partimos de un color innato en nuestros dientes que puede variar entre tonos más amarillentos-marrones hasta tonos más grisáceos. Los dientes con un tono más amarillento o marrón generalmente responden mejor al blanqueamiento que los dientes con tonos más grisáceos.
Translucidez y grosor de los dientes: Estas también son características genéticas innatas que se vuelven más pronunciadas con la edad. Aunque todos los dientes son translúcidos en cierto grado, aquellos que son más opacos y gruesos tienen una ventaja: suelen parecer más claros, brillas más y responden mejor al blanqueamiento dental. Los dientes que son más finos y tranparentes, sobre todo los dientes anteriores, tienen menos cantidad de pigmento susceptible al blanqueamiento. La transparencia de los dientes no se puede corregir de ninguna manera mediante un blanqueamiento dental (sería como intentar blanquear un cristal).
Alimentación: El consume habitual del vino tinto, café, té, cola, zanahorias, naranjas y otro tipo de bebidas y alimentos con fuertes colores ocasionan una tinción considerable de los dientes con el paso del tiempo. Además, los alimentos ácidos como los cítricos y el vinagre, contribuyen al desgaste del esmalte. Como resultado, la superficie del esmalte se vuelve más delgada y queda más expuesto el color amarillento de la dentina.
Tabaquismo: La nicotina deja manchas marrones en el esmalte que se van infiltrando poco a poco en la estructura del diente provocando decoloración intrínseca.
Medicamentos y productos químicos: El uso de tetraciclina durante la formación de los dientes (un antibiótico muy popular que se suministraba a niños pequeños) produce manchas grises o marrones muy complicadas de eliminar. El consumo excesivo de flúor causa fluorosis y zonas del diente con manchas blanquecinas.
Bruxismo: frecuentemente producido por el estrés, apretar y rechinar los dientes puede provocar desgaste y cambio de color en las caras oclusales de los dientes.
Traumatismo: Los traumatismos pueden producir fracturas en los dientes que acumulan más restos de comida y se manchan con más facilidad.