1. Lamparas de fotocurado halógenas QTH (lámparas halógenas de cuarzo-tungsteno). Su longitud de onda de emisión va de 400 -600 nm. Con ellas fraguan la mayoría de resinas compuestas. Su limitada duración y la necesidad de dotarlas de gran potencia propicia el aumento del tiempo de exposición generando importantes incrementos de temperatura que han de ser compensados con la incorporación de ventiladores.
2. Lámparas de plasma . La necesidad de usar filtros reduce la amplitud de onda de las lámparas de plasma a un espectro situado entre 450 -500nm dejando fuera a algunos composites con canforoquinonas activadas con espectros diferentes. Por el contrario trabajan con altas densidades lumínicas (1490- 1600 mW/cm2) a expensas de generar calor, produciendo por tanto una rápida polimerización.
3. Las lámparas por emisión de láser de Argón funcionan con una longitud de onda fija (476 nm). Ocurre, por tanto, igual que con las de plasma, que algunos composites no polimerizan o lo hacen a expensas de una reacción en cadena y no de manera homogénea. Como la intensidad es elevada, el fraguado, cuando ocurre, es tan rápido que las moléculas tienen dificultades para organizarse espacialmente conformando enlaces estables.
4. Las lámparas de emisión de diodos (LED), con una longitud de onda entre 440-490 nm, obvian la necesidad de filtros y con una potencia obtenida a expensas no del calentamiento de filamentos, sino por efectos mecánicos, hacen innecesaria la existencia de ventiladores dada la nula generación de calor. En este sentido alargan la vida del mecanismo, conceptualmente podríamos catalogarlas como “eternas”. También lógicamente hacen desaparecer el ruido de los ventiladores y facilitan la limpieza, el mantenimiento y el bajo consumo de energía (pueden abastecerse de energía mediante baterías),así como la ergonomía (carecen de cables).
Diversas variables (coste, grado de penetración en el mercado….) hacen que la mayor parte de comparaciones se establezcan entre las lámparas halógenas y las de LED.
En cualquier caso el resultado final de nuestras obturaciones va a depender de una correcta simbiosis entre material de obturación, lámparas de fotocurado y sobre todo protocolos de utilización rigurosos que partan de un profundo conocimiento de todas las variables.
En este sentido el uso de lámparas de emisión de diodos (L.E.D.) permite, según algunos autores afirman, que la dureza de polimerización no sufra variación al utilizar QTH o LED (1,2,3,4) si bien otros refieren una dureza menor al trabajar con LED con el mismo tiempo de acción aconsejando por tanto incrementar el tiempo de trabajo e incluso hay estudios que preconizan la mayor dureza de composites polimerizados con QTH respecto de los que lo fueron con LED, sobre todo en las primeras unidades LED que tenían una intensidad lumínica entre 400 a 450 mW/cm2.
Hay que tener en cuenta que con las lamparas fotocurado dental debemos de fotopolimerizar lo más cerca posible del composite ya que son más sensibles que las lámparas halógenas a la distancia de fotopolimerizado. Correctamente utilizados ambos sistemas, la profundidad de polimerización entre ambos tipos de lámparas es la misma en general (8,10) y especialmente hasta las profundidades máximas de trabajo (3 mm) a partir de las cuales se transgreden las normas de aposición por capas . Sin embargo parece que se conseguiría una mayor profundidad de polimerización con la tecnología LED.
Aunque algunos estudios han señalado que la microfiltración es mayor usando LED que QTH e incluso que una lámpara de plasma , las microfiltraciones descritas en base a la contracción sufrida por los composites en su proceso de polimerización mediante el uso de emisores de alta intensidad pueden ser obviadas mediante el uso de técnicas incrementales, actualmente establecidas en la práctica habitual.
Lo que si parece objetivado es el hecho de que la ausencia de calor en la tecnología LED respecto a la QTH se refleja en un menor aumento de temperatura (1,14) y un menor daño pulpar.
Parece evidente que el prometedor futuro de la tecnología LED en cuanto a características técnicas y ergonómicas exigirá un esfuerzo parejo de los fabricantes de resinas compuestas por adecuar sus productos a las óptimas propiedades de las lámparas. También vamos a precisar estudios que establezcan qué aspectos tan importantes como la dureza, velocidad de fraguado, presencia de contracción y microfiltraciones así como otras propiedades físicas y mecánicas suponen una mejora en el acabado y en la duración de nuestras preparaciones clínicas.
Fuente: http://www.dentaldeal.es